viernes, 23 de mayo de 2008

Palabras de fuego

Luego de muchos días sin actualizar, hoy me puse y acá estoy. Los argentinos somos adictos a las palabras fuertes, casi de fuego, aunque después no nos de el cuero para bancar lo dicho. Sucedió durante la guerra de Malvinas, cuando el viejo borrachín de Galtieri lanzo su “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, pero antes había hecho gala de la palabra Lanusse refiriéndose a Perón en el exilio con su “no le da el cuero para volver”. Asimismo, Menem se refirió al conflicto ferroviario que le tocó en suerte con su “ramal que para, ramal que cierra” y nuestra Argentina, con 38.000 kilómetros de vías, se quedó solo con los actuales 7.000.
Alfonsín no le fue distinto con su discursito sensiblero cuando decía “con la democracia se come, se educa, etc”.
Sin olvidar el ministro Whebe, cuando dijo “el que apuesta al dólar pierde” y la viejas y célebres frases del golpista constitucional mas importante que tuvo nuestro país, Alvaro Alzogaray, cuando dijo “hay que pasar el invierno” y el caro filósofo contemporáneo Luisito Barrionuevo con su “en este país, la plata no se hace trabajando”.

Así llegamos a la actualidad, en la cual nos debatimos entre hacer asado el fin de semana aunque la carne esté cara, dedicarnos a tomar un buen vino, jugar al golf, ver a Estudiantes o rezar para que Cristina no se le de por hablar y retarnos por TV, como hizo el día de la asunción (no a los cielos) de su marido (¿marido?) al pináculo del PJ, cuando retó sin mas a los pobres trompetistas contratados por Hugo Moyano para el acto.

Lamentablemente, nuestra presidenta con su cara de directora de escuela primaria “mala”, nos reta a todos cuando se le canta y solo si hay una cámara de TV que la tome, a ella y sus cambios de vestuario. También lamentablemente, del lado del campo no se ve una dirigencia que sepa mucho que hacer, si política o reclamos sectoriales, mientras que la oposición solo conspira para ver como saca una tajada sin que se note demasiado. Simplemente vomitivo.

Lilita Carrió, siempre con el Apocalipsis a cuestas, solo sabe decir que lo que sucede era lógico que sucediera, como si hiciera junto a Dios las tapas de los diarios de mañana. Macri, por su parte, dice que el solo está para la ciudad, pero manda a Michetti a Rosario junto a Pinedo y otros sátrapas tan derechosos como tibios, loa cuales justifican su comportamiento solo en la buena educación, no en la falta de bolas. Hablando de faltantes, el “manco” de (ahora) la provincia de Buenos Aires, pareciera que no es gobernador de nada, simplemente es aire con forma de persona. A ello es lo que los analistas como Sergio Berenztein de Poliarquía o Jorge Giaccobbe llaman “el político con mejor imagen de la Argentina”. Dios nos libre, ¿nunca una Pilar Rahola o un Clinton? ¿Siempre un Menem, un Alfonsín, un De la Duda, perdón, De la Rua, un Duhalde, un Kirchner y ahora una Barbie vieja?

Creo que Latinoamérica, que nació como territorio colonizado no debería ser o intentar independencia alguna, pues es como pretender que niños de 8/10 años se casen, se mantengan, vivan solos, no hagan cagadas, y tengan bastante guita, aunque los morlacos se los manejen unos tíos que viven afuera y son bastante malévolos e inescrupulosos.

Es tal vez por ello, que propongo rápidamente la utilización de palabras de fuego orientadas a ofender alguna potencia, es lo mismo que sea imperial o tecnológica, y trazar un plan de invasión a su territorio con el solo fin de que nos declaren la guerra, nos invadan, se hagan cargo de nosotros, tengamos estabilidad política, monetaria, seguridad jurídica, física, no haya mas diputados, senadores, concejales, consejeros escolares, ñoquis, parásitos, secretarias trolas y esa manga de atorrantes que pululan alrededor de cualquiera que se encuentra manejando aunque sea una humilde dirección de una municipalidad de un pueblo perdido. Amén, y saludos a la “Bomba” tucumana.